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Sí, sí, sí, tienen 17 años, pero no son los únicos

Publicado por morphin |

Quiero pedir una disculpa a todos aquellos que consideran absurdo darle seguimiento al tema del futbol, también a quienes les es indiferente el tema, pero les molesta que se intente relacionar con otras cuestiones. Muchas veces he creído, y hoy lo ratifico, que el futbol en México es la representación a escala, si se quiere burda, de muchas de las situaciones que socialmente ocurren en el país.

Hace seis años la situación no era muy distinta, palabras más, palabras menos, los defensores del balompié en México consideraban el campeonato obtenido por la Selección Sub 17 como una motivación, un ejemplo de aquello que se puede alcanzar con el trabajo en equipo, con planeación y apoyo, etc. Los detractores de esta práctica, pedían que la atención se enfocara en hechos más importantes y menos banales que un grupo de jóvenes ganando un torneo en Perú.

Hoy pasa lo mismo, la cifra de muertos en el país aumenta cada vez más, mientras el Presidente de México se da el lujo de tomarse unas horas “libres” para ir a apoyar al equipo mexicano; así, como si no tuviera algo más importante qué hacer, como si él hubiera contribuido a el logro de los chavos. No hay razón para criticar a aquellos que están felices porque “su” selección triunfe en el futbol, porque conociendo el historial de ese deporte en México, es una oportunidad para festejar y cada quien es libre de invertir su energía en lo que desee, pero sí me desesperan aquellos que se refugian en ese hecho para despreocuparse por los problemas que día con día nos afectan a todos. Esos problemas no se fueron cuando el balón entró en la portería.

El futbol es (cuando se juega bien, con calidad, entrega, objetivos y resultados) un distractor, un escape, un espacio para olvidar por un momento la rutina diaria, pero no creo suficiente conformarse con las alegrías que se logran en la cancha. Lo que sí creo es que, a su manera, cada quien puede interpretar y utilizar este tipo de motivaciones para hacer algo más. Si a usted no le interesa en lo más mínimo un grupo de personas correr tras un balón, piense algo: ellos son jóvenes de 17 años y, según el Censo de Población y Vivienda de 2010, el 10 por ciento de la población en México está entre los 15 y 19 años.

¿En qué se parecen estos jóvenes? Además de la edad, ellos nacieron en la década de los 90, (con todo el peso que esto representa) están viviendo el mismo presente, la diferencia es que tienen contextos de vida totalmente distintos. Los campeones, al ser parte del deporte más apoyado y menos ganador del país, la mayoría de las veces (no siempre) tienen una plataforma de crecimiento y oportunidades que muchos otros desearían. Los demás que rondan los 17 años, se encuentran en otras circunstancias, algunos viven bajo el resguardo de sus padres, otros tienen la oportunidad de estudiar, muchos trabajan para poder hacerlo; otros muchos ya mantienen una familia, una gran cantidad está en Estados Unidos, buscando un sueño que no entienden pero en el que se ha centrado su mundo. Un gran número de 17´s no se dedica a nada, y otros tantos ven pasar el mundo del narcotráfico como un ejemplo a seguir, hasta que se involucran y descubren realidades que nadie les dijo, que encontraron con balas. También están aquellos que estuvieron “en el lugar equivocado, en el momento equivocado” y perdieron la vida sin haberla conocido todavía. Todos tienen nombre, sueños y derecho a una vida digna.

Cuando dejé los 17 años, me convencí de que era una edad decisiva. A los 17 nos ronda la idea de querer ser algo más que los típicos adolescentes incomprendidos, es estar cerca de la mayoría de edad, pero todavía no ser un adulto como los otros, saber que puedes hacer algo distinto. A esa edad comenzamos a pensar que es urgente crecer, pero no ser como aquellos adultos a quienes juzgamos, y es donde muchos decidimos finalmente saber hacía dónde apuntará nuestra vida. A partir de ahí las cosas van a cambiar, sí, pero la semilla de la no inutilidad puede quedar bien sembrada desde entonces.

¿De qué depende que así sea? De muchos factores, de los que nos rodean, del contexto de vida que durante los años tuvimos, la educación, las costumbres, etc. Pero definitivamente hay uno muy importante: ser lo suficientemente inteligentes para no repetir los errores que nos han marcado nuestras generaciones pasadas. En el futbol, un equipo no puede ganar si no se es consciente de la responsabilidad que cada uno tiene como parte de un conjunto, cada integrante debe asumir el trabajo que le corresponde para que pueda funcionar, el talento ya se tiene, pero es necesario explotarlo de forma adecuada pensando entre todos; dejar el individualismo y tener confianza en sí mismo y en el equipo, entregarse en cada partido, caerse, sangrar y volverse a levantar por el bien de todos, no por sobresalir ante el resto.

La vida diaria de un país es igual, pero a gran escala y en sentido serio, cada jugador es una institución, un gobierno, un ciudadano. También hace falta un capitán, un guía y un director, que no trabaje en beneficio propio, que sepa dirigir al resto sin convertirse en un padre que deba resolver los problemas de todos; que se aprovechen las oportunidades claras para definir, pero que no haya oportunistas. Todos los días son un entrenamiento, un partido y una final; siempre hay que seguir trabajando para crecer, pero ante todo, se debe apoyar a los jóvenes, no resolverles la vida, sino entregarles los recursos para que ellos mismos puedan hacerlo.

Tal vez no fuera el momento adecuado, pero me habría gustado que uno de los integrantes del equipo, al momento de saludar a Felipe Calderón, le dijeran algo más. Probablemente de manera ilusa, pero me gustaría creer que no son chicos a quienes sólo les importa el reconocimiento a nivel deportivo y dejar en alto el nombre de su país en futbol, sino que también se preocupan por los problemas que aquí se viven.

Puede que exagere, pero le invito a que no vea en los festejos por la Sub 17 un problema, una molestia o la única motivación de sus días venideros, mejor piense que esta situación se puede llevar a la realidad en muchos aspectos, y que le guste o no, el futbol sigue siendo el deporte más seguido en el país. En esos jóvenes se puede reflejar que el país tiene la capacidad de trabajar en equipo, que existe el talento, las ganas y la disposición de cambiar circunstancias a las que estábamos acostumbrados (perder en el futbol, por ejemplo), porque hay jóvenes inteligentes, en muchos aspectos, que están buscando hacer algo más de lo que usted cree que pueden hacer. Y si está feliz, si cree que le renació el orgullo y el nacionalismo (no entraré en definiciones correctas o incorrectas), dese la oportunidad de no ver las victorias ajenas, póngase en práctica, que la política, la educación, los derechos humanos, la cultura, la igualdad y las oportunidades en México, están buscando jugadores que como usted, tengan ganas de ser campeones pronto.

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