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Estamos hasta la madre, ¿Y ahora?

Publicado por morphin |


"Basta de violencia", "Ni un muerto más", "No más sangre", "Estamos hasta la madre"

La pluralidad de las frases va de la mano de la situaciones que cada persona ha vivido en relación con la delincuencia, "la guerra contra el narco", el crimen organizado o el nombre que usted quiera darle pero que en conjunto, tienen al país en la situación que hoy está.

La marcha nacional que hoy tuvo como una de sus motivaciones (entre muchas otras) el asesinato del hijo del escritor y poeta Javier Sicilia, convocó este día a miles en distintas ciudades del país. ¿Coincidencia? No, realidades que unen a la gente con un mismo objetivo: conseguir paz en el país, más allá de las connotaciones acostumbradas a la palabra.

Entonces surge mi pregunta: ¿Qué sigue? Se logró demostrar que somos muchos los que ya no soportamos la situación, pero ¿qué más? ¿No es este el momento de proponer y actuar?

Si son 40 mil muertos, menos o más, tristemente nos hemos permitido hablar de ellos como si fueran cifras, cuando en realidad hablamos de personas, con derecho a vivir como cualquier otro.

¿Merecerían mejor morir los delincuentes insensibles que sin problema toman un arma y disparan contra otra persona? Porque recuerde usted que además de un mal gobierno, tenemos malas personas que bajo su pretexto favorito matan sin ningún problema. ¿Deberían ser los sacrificados los políticos inútiles, oportunistas y mentirosos que viven a costa de los ciudadanos a los que hace mucho tiempo dejaron de servir? No. La cosa es que nadie debería morir, porque no hay justificación válida para que alguien pierda la vida, porque nadie merece que le roben la vida.

Aquellos que hoy se encuentran con el poder para destruir un país, también tienen un contexto de vida que los llevó a este punto, y con eso no quiero decir que debe justificarse lo que hacen; muy a pesar de las circunstancias que los convirtieron en los sanguinarios que ahora son, también tuvieron la posibilidad de no seguir con el patrón de vida que tenían, pudieron elegir llevar una vida distinta, pensar menos en ellos y más en los que resultan perjudicados. Y sin embargo no les importa pensar en nada más que en sus beneficios.

Lo anterior resultaría deprimente y habría que resignarse si fueran seres de otro planeta, con capacidades extraordinarias que nadie pudiera derrotar, pero sus fuertes son dos principales elementos: armas y poder. ¿Es eso indestructible? ¿Quién puso a los poderosos en el poder? Los ciudadanos, de alguna u otra manera, a lo largo de los años, lo permitimos.

¿Alguna vez le han robado algo? ¿Algún familiar o conocido ha muerto a causa de la delincuencia y/o "guerra"? ¿Lo han asaltado, estafado, perseguido o intimidado? Esos "daños colaterales" que tan normales le parecen a los altos mandos del país los sentimos todos, de muchas maneras están a diario en nuestras vidas.

Pero sabe qué? El problema no inició cuando se declaró la "guerra", nuestro problema tiene decenas de años engordando en aparente silencio, y digo en silencio aparente porque el que no nos enteremos de lo que se vive en lugares remotos del país no quiere decir que no están ocurriendo.

Si nos ponemos a rascar al fondo de la situación, llegaríamos a muchas conclusiones que nos dicen que los males actuales vienen desde dentro, en lo personal topo en dos grandes cuestiones: educación y cultura. Así es, esos grandes problemas que nos destruyen generación a generación.

A usted o alguien que conozca: ¿Ha perdido algún puesto o lugar a causa de que alguien "acomodó" a otra persona que no merecía estar ahí? ¿Le han mentido? ¿Se han aprovechado de usted por ignorar algo? ¿Lo han discriminado? ¿Lo han insultado por ser diferente en cualquier sentido? ¿Lo han privado de derechos y oportunidades?

Ahora pregúntese a la inversa, ¿Cuántas veces ha hecho directa o indirectamente alguna de las situaciones anteriores? Muchas, ninguna, nunca, sólo usted lo sabe. Pero sólo usted puede hacer que eso cambie o siga siendo así. Me he topado con desesperantes frases:
"De qué sirve que uno haga algo si los políticos son los mismos"
"¿Uno qué puede hacer si nadie le hace caso?
"¿A poco crees que con que uno cambie va a cambiar el país?
"Esos activistas no sirven de nada"
"El país se va a ir a la chingada le hagan como le hagan"

Y entonces me pregunto ¿De verdad podemos permitir que el país se vaya a la chingada?

Aclaro: esto no es fácil y depende de la actitud que cada quien tome, porque opciones, hay muchas. Tengo 22 años, desde que recuerdo, mi familia y los que me rodean se han quejado de algo, a veces más y a veces menos, pero siempre hay algo de qué quejarse. Siempre hay algo que no está bien y no siempre hay quién busque la solución. Yo tengo la opción de irme a estudiar a otro país, con esa esperanza ciega de que aquí no se puede, de que el reconocimiento me lo dará una famosa institución internacional, quedarme allá con todos los conocimientos que adquiera y "vivir bien"; también puedo regresar y poner en práctica lo aprendido o quedarme y trabajar para aportar algo a mi gente, demostrar que aquí sí se puede.

Tengo la opción de una noche sabrosa en la que además de disfrutar, quede embarazada y traiga al mundo un hijo no planeado, o también puedo cuidarme, informarme y esperar a tener las condiciones para darle a ese niño lo que necesite.

Tengo la opción de decir que vivo en un rancho donde no me entero de lo que pasa alrededor, aunque mis animales se mueran por no tener qué comer y mis hijos no aspiren a nada más que casarse y tener hijos si son niñas, o irse a trabajar al norte si son varones; también puedo justificar que se dediquen a matar a otras personas a cambio de dinero, porque no tuvieron la oportunidad de hacer algo más de su vida. O también puedo, con mis recursos, enseñar lo que sé a mis hijos, educarlos, hacerlos responsables y enseñarlos a trabajar honradamente, contra las dificultades, hacerlos fuertes y apoyarlos para que salgan adelante.


En cada caso hay muchos caminos, variantes, cada quien toma el que decida. Que hay excepciones, sí, por desgracia todavía existe la opresión, y existe también la falta de educación, el desconocimiento, la ausencia de valores y de cultura. Que esto no se acaba de un día a otro, también es cierto, porque se trata de educar a generaciones enteras, y eso no es fácil, pero si no se inicia en algún momento difícilmente podrá cambiar en el futuro.

Si usted sigue creyendo que no está en sus manos la solución, y que no le afecta tanto, sea un poco menos egoísta y más sincero, dese cuenta que le afecta y mucho, porque vive en el mismo país que el muerto de hace unas horas, que el indigente de la avenida, el niño sin padres y el campesino al que le robaron sus tierras, además de todos aquellos que usted ni se imagina pero que la están pasando muy mal; piense que en cualquier momento la vida le puede dar la vuelta y ser usted el que termine de matón por 5 mil pesos.

Y con esto no me limito a una cómoda postura optimista en la que nos tomemos de las manos para cantarle a la vida, creo en que la situación debe cambiar, porque hay miles de personas con capacidad de sobra para lograrlo, que más que hablar, actúan; sí nos debemos tomar de las manos pero en acciones diarias, sería bueno que cada uno asumamos la parte de responsabilidad que como sociedad nos corresponde, porque el problema no se limita a un ámbito, son muchos.

Opciones las hay, soluciones habrá cuando se actúe responsable, informada y justamente, desde lo más básico, desde su casa y su familia, y si cree que eso es cuestión del gobierno y no de los ciudadanos, pues lamento decirle que está perdido y además es incongruente, no puede sentarse a esperar que alguien en quien no cree y no confía, le resuelva su vida. Educar debemos hacerlo todos, empezar por educarnos a nosotros mismos.





4 comentarios:

Verónica dijo...

Se vuelve un asunto de impotencia, el hablar. el quejarse, el marchar, se pone todo borroso de repente, se oscurece más lo que ya estaba oscuro. Cada quien hace su parte, cada parte hace la evolución. Me gustó Sara.

Ciclopensante dijo...

A pesar de todas las opiniones pesimistas (Y mira quien lo dice) que desacreditaban el mitin, yo decidí ir, porque creo que cualquier cosa es mejor que estar sentados criticando, quejándonos de todo y no mover ni un dedo para tratar de cambiar algo. Estoy consciente de que esto no cambiará el rumbo del país, pero por algo hay que empezar; crear conciencia, reunirnos para expresar que no estamos contentos con lo que está pasando y exigir algo más.

Lo más importante es lo que sigue después de esto, en el fondo nadie tiene un plan bien definido, en el fondo todos tenemos un poco de pesimismo; lo importante es manifestar que esta estrategia no está funcionando, y que es urgente un cambio de rumbo. No podemos sentarnos a mirar como el país se va a la chingada, si nosotros que estamos viviéndolo no hacemos algo, nadie más lo hará.

SiReNa RaStA dijo...

Es justo lo que charlábamos aquel día, con un granito de cada persona podríamos hacer mucho, el ayudar, el cambiar, el hacer un mondo mejor esta en cada uno de nosotros. Ya es tiempo de movilizarnos y hacer algo por nosotros y por los demás... Sigo creyendo en la humanidad somos mas las personas que valemos la pena. Luchemos por no quedar en el montón y hacer algo ... Como siempre me encantan tus palabras...

Esto es: dijo...

En Zapotlanejo, salieron a las calles a repartir poesía como muestra solidaria de las manifestaciones en el país. En ese pueblo que a veces es como el lugar de la NADA, un grupo de muchachos se entusiasman con la idea de pasarla bien un rato y compartir esa sensación del "no todo está perdido".

¡Gracias!

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