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Emilio Gonzáles Márquez, preocupado por el bienestar económico de los que usamos el trasporte público, pero sobretodo del bolsillo de los empresarios que con tanto sacrificio colaboran para que el estado pueda brindar trasporte, decidió subsidiar 258 millones de pesos, a los dueños de los 5,400 camiones. Esta maravillosa idea evitará temporalmente, que el costo del pasaje aumente a siete pesos, 40% más, después del ultimo aumento, como lo tenia previsto Jorge Higareda, líder camionero, y que según su humilde opinión propone: “Quien no pueda pagar, que use una bicicleta, o sea, tenemos que usar otros medios o tenemos que caminar” suena lógico, sobre todo cuando quien lo dice se embolsa ganancias millonarias con la tarifa actual de cinco pesos, esto según el estudio hecho en noviembre pasado por el economista Antonio Calderón Reynoso, académico del departamento de Trabajo Social de la UdeG.

Lo peor de la situación, no es el subsidio millonario para enriquecer aun más a los caciques del trasporte urbano, ni tampoco que el subsidio este libre de compromisos para los dueños camioneros, lo aberrante es que nuestro gobernador con una sonrisa en el rostro, acepto el aumento sin meter las manos. Eso si, para que no afecte la economía de los jaliscienses primero será absorbido por el gobierno del estado otorgando 23 millones de pesos mensuales, (que seguramente no los pagamos con nuestros impuestos) para después dar paso al necesario aumento de la tarifa.

Ya basta de disfrazar los problemas con medidas absurdas, se debe poner un alto, debe ser el estado quien exija, seguimos alimentando la misma porquería, la imprudencia sigue siendo la principal causa de muerte a mano de los urbaneros y para eso no interviene nadie.

Si el trasporte urbano no es negocio que se hagan a un lado, seguramente más de un empresario levantará la mano para adquirir una concesión; es inadmisible la postura del Gobernador sediento tan fácilmente ante las absurdas exigencias de quienes se aprovechan de un bien del estado, nuevamente los patos le tiran a la escopeta, y estos patos con garras de halcón, cada vez se hacen más grandes al grado de conseguir lo que quieren en menos de 24 horas.