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La transición que han vivido las Chivas rayadas del Guadalajara en el último lustro, se lo deben en gran parte a Jorge Vergara y su dinero.

Desde que Vergara es dueño y pastor del chiverío, este equipo ha cambiado de mística deportiva, de estilo de juego y sobre todo, paso de ser un Club con problemas económicos ha ser lo que hoy la mayoría conoce como el imperio Chiva, uno de los equipos que más dinero se embolsa por ingresos televisivos y contratos mercadológicos.

Vergara en tan solo seis años se ha convertido en un referente del fútbol mexicano (aunque a muchos no les guste), es un hombre hablador que le gusta crear polémica, fue él quién revivió la rivalidad contra América y Atlas respectivámente, fue también quién se comprometió ha construir un Estadio exclusivo para el rebaño, y aseguró que su equipo sería el mejor equipo del mundo en un lapso no mayor a los cinco años. Así es Vergara, un gran vendedor de espejitos.

Eso ya todos lo sabemos y aquellos que no lo aceptan aún, es porque trabajan en Chivas o en Omnilife, pero lo que si se le debe reconocer al bocón de Jorge es el trabajo de fuerzas básicas del equipo y el espectáculo que brindan sus jugadores en cada partido.

Los aficionados del balompie Nacional, han visto la tranasformación del rebaño y el cambio, muchas veces injustificado de sus entrenadores, por eso áquellos aficionados de hueso colorado al fútbol deben reconocer que las Chivas es escuela de buenos entrenadores en los últimos tiempos y sí no lo creen, basta echarle una mirada a los técnicos de los equipos semifinalistas, tres de los cuatro han sido hechos en Guadalajara, con el común de ser mexicanos.

Equipos como Atlas, América y Monterrey, deberían de dejar de criticar al hablador Vergara e imitarlo, pues su equipo con la tercera parte del presupuesto de estos equipos, tiene un equipo que brinda espectáculo, juega bien y sobre todo produce talento mexicano.