La presentación de ese miércoles me dejó con sentimientos bipolares. Por una parte me sentía muy bien al estar ante una de mis bandas preferidas pero hubo detalles que me defraudaron.
El punto del que muchos asistentes nos quejamos fue la cuestión del sonido. El mismo Cedric manifestó su enojo lanzando el pedestal del micrófono y arrojando el contenido de una botella de agua sobre los teclados. Incluso hubo momentos en que los coros superaban por mucho la intensidad del vocalista. A pesar de la las obvias señales, los técnicos no pudieron hacer mucho por solucionar el problema.
La duración es otra de las cuestiones criticadas. Sólo tocaron aproximadamente una hora y media, duración similar a la del Coca-Cola Zero Fest. Uno esperaba que, tratandose de LA presentación de The Mars Volta, sin bandas precediéndolos ni sucediéndolos, se aventarían como mínimo dos horas. Lamentablemente no fue el caso.
Si al final yo me siento un poco estafado al haber pagado $380 pesos por un concierto de esa calidad, me imagino el sentir de los que llegaron de otras ciudades, quienes además de boleto de entrada también gastaron en transporte y comidas (¡esos son fans!).
A pesar de lo anterior no todo fue caso perdido: la selección de canciones estuvo equilibrada, se notó el talento de cada uno de los músicos que integran la banda y... ¡son The Mars Volta en nuestra ciudad! ¿Ese hecho ya pesa? ¿o no?
El punto del que muchos asistentes nos quejamos fue la cuestión del sonido. El mismo Cedric manifestó su enojo lanzando el pedestal del micrófono y arrojando el contenido de una botella de agua sobre los teclados. Incluso hubo momentos en que los coros superaban por mucho la intensidad del vocalista. A pesar de la las obvias señales, los técnicos no pudieron hacer mucho por solucionar el problema.
La duración es otra de las cuestiones criticadas. Sólo tocaron aproximadamente una hora y media, duración similar a la del Coca-Cola Zero Fest. Uno esperaba que, tratandose de LA presentación de The Mars Volta, sin bandas precediéndolos ni sucediéndolos, se aventarían como mínimo dos horas. Lamentablemente no fue el caso.
Si al final yo me siento un poco estafado al haber pagado $380 pesos por un concierto de esa calidad, me imagino el sentir de los que llegaron de otras ciudades, quienes además de boleto de entrada también gastaron en transporte y comidas (¡esos son fans!).
A pesar de lo anterior no todo fue caso perdido: la selección de canciones estuvo equilibrada, se notó el talento de cada uno de los músicos que integran la banda y... ¡son The Mars Volta en nuestra ciudad! ¿Ese hecho ya pesa? ¿o no?
*Momento cúspide - Cuando tocaron The Widow y todos corearon
Viscera Eyes
3 comentarios:
achis, pero Cedric en la mayoría de sus conciertos avienta el pedestal del microfono no?? y el agua o lo que sea que tenga a la mano, o me ekivoco,:S? en fin muy buena reseña =)
Yo soy de esas que fueron de fuera buuuuuu u.u
= yo carnal... Me huebiera lanzado a la ciudad del smog... jajajajajaja... Todo por querer tanto a guanatos. En fin, aparte de los imponderables, VIMOS A LOS VOLTA... Y solos...
Saludos
Pues no tengo mucho que comentar respecto al articulo escrito por mi primito el kike (hahaha qe gai se escucha) pues si comparto tu mismo pensamiento al decir que fueron estafados i demas, pero igual se dejo de ver poco profesional al no seguir i hasta maricones, hahaha no creo que pese tanto como tu lo mencionas, pues ni se supo que vinieron.
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