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Influenciada por la temporada, las desveladas y alguna sustancia nociva, me dio por escribir, y aunque lo publico un poco tarde espero les agrade.

¡Increíble!, increíble como de un segundo al siguiente ilusiones cobran vida y se plantean metas, como una temporada cambia la perspectiva; sueños que perseveran en la oportunidad del tiempo, un espejismo de posibilidades.

Inasequible omitir fechas… Tan arraigada la costumbre que se hace imposible evadir los deseos, cursimente se repite el sonado “feliz año nuevo”. Un denso ambiente festivo se percibe, al igual que una engañosa noción de felicidad, un año más.

Tan creíble, necesaria y vendida la idea fraternidad, apoyo y convivencia familiar de estas fechas que paradójicamente repercute en quien se opone o se muestra ajeno.

Evidentemente influye la costumbre, los medios, el pretexto de masa… ¿Por qué todos tendríamos que actuar de la misma manera? ¿Por qué indudablemente la temporada navideña o el cambio de año impactan?

30% aumentan los suicidios en el periodo navideño, la principal razón: soledad que conduce a depresión. “Esta es mi soledad, verme rodeado de luz” decía Friedrich Nietzsche; en contraposición la rutina y credibilidad de las tradiciones, opaca la luz, y la soledad se torna oscura y decadente.

Sabiendo que las situaciones no cambian de un día a otro, que son arrastradas, que los propósitos pasados se olvidaron y que imposible ha sido omitir la simple adición anual, se vuelve necesaria la retrospectiva de los logros, los fracasos y los pendientes. Un año más es un año menos, y considero como único consuelo los objetivos alcanzados.

Aunque parezca contradictorio, pues caigo en mi propia aseveración, les deseo a todos éxito venidero. 243