Quiero tener un secreto, que en verdad nadie sepa, que oculte en mi mente, en mi espacio, en mi burbuja... que lo descubran, que lo entiendan, que coincida, que sea grande.
Quiero sentarme frente al mar, a escuchar las olas, a sentir la arena en mis pies, con la misma canción, con las dudas de la inmensidad, en paz.
Quiero volver a llorar hasta cansarme, sin estar triste, sin que me duela, para poder reir sin respirar, en el suelo, disfrutando.
Quiero vivir en una casa en la montaña, sin tecnología, sin saber qué se construye o cae afuera, en la ciudad, entre edificios y autos que circulan sin sentido.
Quiero desconectar mis sentidos de este instante, sin ver ni sentir nada, en el vacío de un instante blanco, en silencio, sin personas, junto a todos.
Quiero tener mi espacio mientras estoy de la mano de alguien, quiero que ese alguien sienta lo mismo, compartir historias, presentes.
Quiero trepar a un árbol, dormir en el pasto mientras descubro formas entre las
nubes, sin sentido, con ideas, bailar al ritmo de ese algodón de azúcar inalcansable, que se deja guiar con el viento sin preguntarse a dónde la lleva.
Quiero contar las estrellas y elegir la más enorme para fusionarme y desde allí observar la vida, cuestionarla, encontrar los detalles de una realidad que es todo, menos lo que veo.
Quiero entender muchas cosas sin preguntármelas, sin que nadie las explique, guardar esos momentos, los segundos interminables de recuerdos perfectos, archivarlos sin modificar ni olvidar, en esa caja de alegrías que vuelvo a abrir cada que olvido cómo es que estoy aquí.
Quiero buscar pistas todos los días, quiero tratar de descubrirlas mientras voy conociendo más, pensar uno y otro día, lo mismo en Egipto que en una almendra.
Quiero una sorpresa que no sospeche, que me impacte, una que nunca imaginara y apareciera frente a mi, sin poder creerla, sin olvidarla.
Quiero atesorar cada sonrisa, cada palabra, cada imagen y ver pasar frente a mis ojos una película de todo, como en una pantalla, sintiendo cada cosa.
Quiero olvidar lo que ya no sirve, para perdonar, para recomenzar, para esperar, para seguir.
¿Y si estoy dormida? ¿y si lo soñé? entonces no quiero nada, porque en la ficción de mi realidad, ya lo tengo todo para ser felíz.
1 comentarios:
Tenemos todo para ser felices, aún así queremos más. debemos luchar incansablemente por hacer realidad todos esos deseos que de nosotros dependen, los demás sólo el tiempo decidirá. mientras tanto disfrutemos de nuestros maravillosos e impredecibles días, sin perdernos en ese "sueño de ficción"
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